La Renta Básica Universal (RBU) —también conocida como Ingreso Ciudadano o Ingreso Básico Universal— es una propuesta de política económica y social que busca garantizar a toda persona un ingreso periódico, individual, universal e incondicional, suficiente para cubrir las necesidades básicas. Su premisa es simple: toda persona, por el solo hecho de existir, debería tener derecho a una base material que asegure su subsistencia y libertad.
Características principales
La RBU se define por cinco rasgos esenciales: es periódica (se entrega de forma regular), en efectivo (no en bienes o vales), individual (a cada persona, no por hogar), universal (sin exclusiones) e incondicional (sin requisitos de ingresos, patrimonio ni empleo). Estas características la distinguen de otros programas de asistencia focalizados o condicionados.
Diferencias con otras políticas de ingresos
No debe confundirse la RBU con una renta mínima garantizada, salario social complementario u otras propuestas, que solo se entregan a quienes no alcanzan un determinado umbral de ingresos y se reducen a medida que la persona mejora su situación económica. Tampoco se identifica con el impuesto negativo sobre la renta, que opera dentro del sistema tributario y solo beneficia a quienes ganan menos de cierto monto. En la RBU, en cambio, todos reciben el mismo ingreso básico, sin importar su situación laboral o económica.
Objetivos y fundamentos
La RBU surge como respuesta a las transformaciones del trabajo, la desigualdad y la automatización. Se propone como una herramienta para:
- Asegurar una base material de existencia, garantizando seguridad económica y dignidad.
- Fortalecer la libertad personal, permitiendo elegir proyectos de vida sin la presión del desempleo o la precariedad.
- Fomentar la cohesión social, al eliminar el estigma asociado a la asistencia condicionada.
- Simplificar los sistemas de protección, reduciendo la burocracia y los errores administrativos.
- Responder al avance tecnológico, que amenaza con desplazar millones de empleos mediante la automatización y la inteligencia artificial.

Alcance y modalidades
La RBU puede concebirse como total, si cubre el costo de vida básico (canasta básica total), o parcial, si se complementa con otros ingresos o servicios públicos. En ambos casos, su objetivo es garantizar que nadie quede por debajo de un umbral mínimo de seguridad económica.
Perspectiva ética y social
Desde un punto de vista filosófico, la RBU se asocia con la idea de que la dignidad humana no puede depender de la capacidad de generar ingresos en el mercado, cada vez más excluyente. Reconoce el valor de todas las formas de trabajo —remuneradas o no— y busca superar la distinción entre “merecedores” y “no merecedores” de ayuda. Al ser universal, refuerza la idea de ciudadanía plena: todas las personas participan de la riqueza común y del derecho a una vida digna.
Argumentos económicos
En términos económicos, la RBU se plantea como un mecanismo eficiente y redistributivo. Puede reducir la pobreza, dinamizar el mercado interno, estimular el emprendimiento y eliminar la llamada “trampa de la pobreza”, ya que trabajar siempre implicaría un ingreso adicional. Su financiamiento podría provenir de impuestos progresivos, a las transacciones financieras o de la reasignación de subsidios ineficientes, evitando así impactos regresivos o inflacionarios.
Experiencias y ensayos
Ningún país ha implementado aún una RBU plena, aunque diversos programas piloto —en Finlandia, España, Kenia, India, Estados Unidos y otros lugares— han explorado sus efectos en la vida cotidiana, el bienestar subjetivo y la participación laboral. Algunos países, como Irán y Mongolia, aplicaron esquemas de renta parcial de alcance nacional.
Riesgos y debates
El debate sobre la RBU atraviesa tensiones políticas y económicas. Una de las principales advertencias es que su implementación no debe sustituir los sistemas públicos de salud o educación pública. La RBU debería complementar, y no reemplazar, el Estado de bienestar. De lo contrario, podría ser usada como herramienta de ajuste, reduciendo derechos en lugar de ampliarlos. Sí, en cambio, podría concentrar y simplificar todas las políticas sociales existentes.
Una propuesta para el futuro
En última instancia, la RBU plantea una pregunta esencial sobre el contrato social contemporáneo: ¿cómo asegurar la dignidad, la libertad y la seguridad económica en un mundo donde el trabajo ya no garantiza el sustento? Su implementación requiere un debate profundo sobre redistribución, justicia y el papel del Estado. Más que una política técnica, la RBU representa una visión de sociedad donde la riqueza común se orienta al bienestar colectivo y no a la exclusión.




