Cierre electoral y lucha popular // 19 agosto 2025

Aspectos económicos

Un torniquete económico con destino incierto

La economía argentina se encuentra en un cuadro de debacle. El consumo se derrumba, la inflación no cede, la deuda se multiplica y el gobierno sostiene un esquema insostenible a base de tasas de interés exorbitantes y maniobras financieras de corto plazo. Todo esto con un único objetivo: llegar a las elecciones de septiembre en la provincia de Buenos Aires y luego a las nacionales de octubre con el dólar y la inflación contenidos.

Consumo en caída libre

El consumo cayó entre un 13 y 14% respecto de 2023. En fechas clave como el Día de las Infancias, las ventas retrocedieron un 5,2% en unidades, con un ticket promedio real 21% menor que el del año pasado. Incluso sectores de e-commerce, que crecieron en facturación, no compensaron la contracción del consumo popular.

Inflación contenida a la fuerza

El gobierno celebra una inflación por debajo del 2% durante tres meses consecutivos (1,5% en mayo, 1,7% en junio, 1,9% en julio). Pero la tendencia es ascendente, y en agosto ya se proyectan aumentos del 2,3 al 2,4%, con los alimentos subiendo 3,1% en apenas dos semanas. La devaluación del 15% de julio empieza a trasladarse a los precios.

A contramano de su propio discurso —que sostiene que la inflación es solo un fenómeno monetario y no cambiario—, el equipo económico despliega un arsenal de medidas para mantener el dólar “quieto”. Gobernar Argentina sigue siendo, en los hechos, gobernar el dólar.

Tasas de interés: la economía asfixiada

Para sostener el ancla cambiaria, el Banco Central llevó los encajes bancarios al 50%, nivel inédito desde 1993. Las tasas de interés nominales saltaron del 39% a principios de julio al 69% en apenas semanas. Esto paraliza el crédito, impide la compra en cuotas, frena el capital de trabajo de las empresas y multiplica la mora.

Las consecuencias son claras: la actividad se desploma, los despidos crecen y los trabajadores se refugian en ocupaciones precarias. En el último año se destruyeron 33.500 empleos asalariados formales, mientras se multiplicaron los de cuenta propia (340.000), en su mayoría en plataformas digitales con ingresos cada vez más bajos. El pluriempleo aumentó del 9,4% al 10,6% entre 2023 y 2025, reflejo de la necesidad de trabajar más para sobrevivir.

La bola de nieve de la deuda

El gobierno acumula deuda en pesos a través de letras del Tesoro. Para que los bancos renueven, ofrece intereses cada vez más altos. Aun así, la tasa de renovación cayó al 61%, obligando a licitaciones extraordinarias.

El FMI ya marcó que esa deuda representa el 1,2% del PBI y configura un déficit financiero que el gobierno no reconoce. Si se suman los intereses de las LECAP, el supuesto superávit se convierte en un déficit del 1,5 al 1,6% del PBI. Solo en intereses, el Estado paga 17,8 billones de pesos, casi cuatro veces más de lo que destina a jubilaciones y pensiones (4,6 billones). Es una cuenta fiscal “degenerada” que desnuda la fragilidad del modelo.

Además, el Banco Central perdió 500.000 millones de pesos en intervenciones en el mercado de dólar futuro. Es decir, apuesta a un dólar más bajo de lo que termina ocurriendo.

Producción e importaciones: la industria arrasada

La recesión impacta directamente en la producción. Mientras las fábricas caen, las importaciones se disparan. En juguetes, por ejemplo, el incremento fue del 114% en un año, arrasando con la industria nacional y con el trabajo argentino.

El gobierno, en más de dos años, nunca habló de aumentar la producción o de crear empleo genuino. El único horizonte ofrecido a la población son “changas” en plataformas que hoy también se saturan: menos pedidos, más competidores y viajes a menor precio.

Inversiones y espejismos

El Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI), presentado como la llave mágica de 50.000 millones de dólares, muestra resultados pobres: solo siete proyectos aprobados, 13.000 millones comprometidos y apenas 1.616 empleos directos. La mayoría son inversiones extractivas (litio, hidrocarburos), sin encadenamientos productivos ni proveedores locales.

Aspectos políticos

El armado de listas y la proyección de poder de Javier Milei

Las recientes definiciones electorales y el cierre de listas rumbo a las elecciones nacionales de octubre dibujan un mapa político atravesado por el ascenso de Javier Milei y La Libertad Avanza (LLA). El oficialismo busca transformar su capital electoral en una fuerza política estable, mientras que el peronismo, pese a alcanzar un cierre en unidad, enfrenta tensiones internas y límites en su capacidad de reconectar con la sociedad.

La Libertad Avanza y la estrategia de hegemonía

La conducción de LLA está marcada por el rol central de Karina Milei, que controla el armado de listas con la meta de construir un partido que sustituya al PRO y al radicalismo, proyectando gobernadores propios para 2027. La familia Menem –Lule y Martín– opera como pieza clave en la maquinaria libertaria, con vistas a un relanzamiento político del apellido.

  • CABA: Patricia “pepita la pistolera” Bullrich encabeza la lista de senadores, acompañada por Agustín Monteverde como “espada económica” en la Cámara alta, de confianza de Milei. Para Diputados, Alejandro Fargosi abre la nómina, pese a antecedentes antisemitas y un concurso judicial cuestionado: operó un concurso «trucho» para la designación de un juez federal en 2011, por lo cual fue expulsado del Colegio Público de Abogados. El PRO queda relegado, con apenas dos lugares secundarios.
  • Provincia de Buenos Aires: José Luis Espert lidera la lista con la mira puesta en la gobernación 2027. Su historial incluye el financiamiento de su campaña por Federico Fred Machado, narcotraficante detenido en 2021. Datos públicos, es solo poner en google “Espert Fred Machado” y leer un par resultados. Quien lo vote que después no se queje del narcotráfico en nuestra patria. Lo acompaña Karen Reichardt, modelo e influencer promovida directamente por el presidente. Diego Santilli (PRO) acepta un rol marginal en tercer lugar.
  • Mendoza: Luis Petri, actual ministro de Defensa, encabeza la lista y abre la puerta a cambios en el gabinete. También a proyectarse para la gobernación de Mendoza en 2027.
  • Córdoba: Pese a la popularidad de Milei, el armado con Gonzalo Roca como primer candidato provocó la ruptura con dirigentes radicales como Rodrigo De Loredo. El oficialismo provincial, conducido por Martín Llaryora, competirá con Juan Schiaretti al frente de la lista.
  • Corrientes: Karina Milei optó por mantener la postulación de Lisandro Almirón, descartando alianzas con el gobernador Valdés. Pobres radicales, se regalan y encima los dejan afuera.
  • Otros nombres: El armado incluyó figuras mediáticas como Tronco Figliuolo y Virginia Gallardo, confirmando la lógica de reclutar personajes mediáticos y leales más que cuadros políticos con experiencia. Por favor, miren un par de Tronco Figliuolo. Más roto no se encuentra. 

La política de Milei en la confección de listas privilegia la “obediencia automática”, con legisladores sin autonomía y candidatos dispuestos a sostener cualquier orientación del Ejecutivo. La proyección es clara: un experimento de creación de partido desde el poder.

Fuerza Patria: unidad y necesidad de proyección

El cierre de listas de Fuerza Patria marca un paso importante para el peronismo. La prioridad fue garantizar unidad frente a la sociedad en un escenario político atravesado por la fragmentación y el desencanto. Contra los pronósticos de ruptura, se alcanzó un acuerdo que abarca desde la Ciudad hasta la Provincia de Buenos Aires y se extendió a varias provincias.

Una síntesis necesaria

Los principales referentes del campo popular lograron conciliar diferencias: Cristina y Máximo Kirchner, Sergio Massa y Juan Grabois confluyeron en una misma estrategia electoral. En Buenos Aires, la provincia clave para el futuro del movimiento, se conformó una lista de consenso encabezada por Jorge Taiana, figura de trayectoria, gestión y reconocimiento dentro del peronismo.

La presencia de Jimena López en el segundo lugar refleja la participación del espacio de Massa, mientras que la incorporación de Juan Grabois en un lugar destacado aporta frescura militante y visibilidad de las luchas sociales en el armado general. La lista también integra a representantes sindicales de peso como Hugo Yasky y Hugo Moyano hijo, enviando una señal de fortalecimiento del vínculo con el movimiento obrero organizado.

En la Ciudad de Buenos Aires, el espacio de Grabois ganó protagonismo con Itaí Hagman encabezando, una apuesta a sostener la calle y abrir nuevas referencias en un distrito históricamente adverso.

En Salta, el ingreso de Juan Manuel Urtubey al Frente Patria consolida la unidad en una provincia estratégica, mostrando la capacidad de ensanchar el frente aún en territorios de tensiones locales.

Estrategia y horizonte

El armado se diseñó con equilibrio entre distintos sectores: un “bronce” de consenso en la Provincia, dirigentes sociales con fuerza territorial en la Ciudad, referentes sindicales en lugares clave y una integración amplia de espacios internos. El mensaje hacia la sociedad es claro: el peronismo puede mantenerse unido y competitivo frente a un escenario donde la dispersión sería letal.

Es cierto que algunos dirigentes optaron por ir por fuera —como Fernando Gray con Unión Federal en Esteban Echeverría—. Sin embargo, la foto general del cierre es la de un peronismo mayoritariamente cohesionado, capaz de acordar sin quedar paralizado por las diferencias.

En paralelo, emergen señales de renovación en las formas de comunicar: el spot de campaña lanzado por Mariel Fernández en Moreno,por ejemplo, aclarando el uso de inteligencia artificial, es una muestra de cómo los nuevos lenguajes se ponen al servicio de la política popular.

La unidad, aunque valiosa, se apoya más en acuerdos de cúpula que en una apertura hacia la sociedad. El riesgo es reforzar la imagen de un partido encerrado en sí mismo, mientras crece la desafección popular. Tenemos que seguir poniéndonos al frente de la lucha social.

Contexto electoral y económico

El proceso electoral se desarrolla bajo recesión, inflación persistente y tensiones cambiarias. La elección bonaerense del 7 de septiembre será un termómetro decisivo: una derrota oficialista podría disparar nerviosismo financiero y fuga al dólar, con impacto directo en la elección legislativa de octubre.

El Congreso, entretanto, ha mostrado resistencia al ajuste con proyectos que devuelven fondos a jubilados, científicos, gobernadores y hospitales, en abierta confrontación con la Casa Rosada.

En este clima, el oficialismo apuesta al voto disciplinado y la polarización extrema, mientras que la oposición busca recomponer el vínculo con un electorado castigado por la crisis.

Lo que está en juego

El armado libertario combina disciplina vertical, nombres cuestionados y lógica de absorción de fuerzas tradicionales. El peronismo, por su parte, exhibe unidad pero sin capacidad plena de reconexión social.

El desafío para el campo popular es superar la trampa de la polarización estéril y abrir un horizonte alternativo que confronte tanto el ajuste neoliberal de Milei como la inercia conservadora del propio peronismo, de defensa de un status quo roto o de vuelta al 2003, cosa imposible. Sin recrear una representación social amplia, capaz de articular sindicatos, movimientos sociales, feminismos y juventudes, el futuro quedará prisionero entre la obediencia ciega del oficialismo y la necesidad de ruptura del repliegue endogámico de la oposición.

Aspectos sociales

Entre la recesión, el hambre y el vaciamiento social: el rumbo de Milei

La política económica del actual gobierno ha impactado profundamente en la vida cotidiana, debilitando el tejido social y erosionando la confianza en las instituciones. El ajuste estructural no se limita a los números: golpea directamente en la mesa de las familias, en los espacios comunitarios y en la posibilidad misma de construir un horizonte colectivo.

Economía de ajuste: consumo desplomado y salarios pulverizados

El consumo general se derrumbó entre un 13% y 14% respecto a 2023. En fechas clave, como el Día de las Infancias, las ventas cayeron un 5,2% en unidades, a pesar de la expansión del comercio electrónico. La contracción atraviesa todos los rubros: de la indumentaria (–44%) y las vacaciones (–41%) al ocio (–60%).

La inflación mensual se mantiene en torno al 2-3%, con picos recientes en alimentos y bebidas, y el combustible aumentó cuatro veces en apenas once días de agosto. Si bien el oficialismo celebra haber “derrotado la inflación”, la percepción social es de bronca y frustración: el poder adquisitivo cae de manera persistente. El salario privado formal perdió alrededor de un 5% frente a la inflación desde febrero, y el público nacional casi un 20%.

El empleo registrado se contrajo: en el último bienio se sumaron 310.000 puestos, pero se perdieron 33.500 asalariados en blanco. El crecimiento se concentró en ocupaciones precarias ligadas a plataformas digitales. La “uberización” se volvió salvavidas para miles, aunque cada vez con menos viajes, más competencia y tarifas devaluadas. En paralelo, el pluriempleo saltó del 9,4% al 10,6%, y la mayoría de la población ya no logra ahorrar.

La política monetaria agrava el cuadro: los encajes bancarios al 50% (nivel no visto desde 1993) y tasas de interés reales récord en 28 años paralizan el crédito. Las cuotas dejaron de ser accesibles, las empresas no pueden financiar su capital de trabajo y crecen la morosidad y los cheques rechazados.

Mientras tanto, la asistencia estatal alcanza niveles históricos: en hogares pobres e indigentes representa casi el 30% de los ingresos, el doble de lo habitual. No es una política de ampliación de derechos, sino un parche para contener el desgarro social.

Hambre y precariedad social

El deterioro de las condiciones de vida golpea con fuerza: el 50,1% de las familias debió suspender alguna comida, el 30,7% padeció hambre sin poder resolverlo y el 16,9% directamente se quedó sin alimentos. Escenas de “hurtos de desesperados” en almacenes o el cierre de ferreterías muestran un empobrecimiento tan extendido que recuerda crisis previas.

El mercado laboral ofrece salarios de miseria: 240.000 pesos por 9 horas en un kiosco-bar, 380.000 por jornadas de 12 horas con un solo franco semanal. Las filas de jóvenes buscando empleo son “increíbles” y el salario real del comercio se ha desplomado.

En paralelo, la ofensiva del gobierno contra hospitales, jubilados, universidades y personas con discapacidad profundiza la exclusión. El veto a la Ley de Emergencia en Discapacidad, declarado inconstitucional por un juez federal, es parte de un ajuste que recorta en los sectores más vulnerables.

El ataque a los clubes y la ofensiva contra lo comunitario

Los clubes sociales y deportivos, espacios de encuentro y contención interclasista, están bajo ataque directo. El oficialismo busca eliminar un régimen especial de contribuciones patronales que les permitió sobrevivir a la convertibilidad. No se trata solo de impuestos: está en juego la continuidad de pensiones para futbolistas juveniles y de un entramado comunitario donde se trabaja gratuitamente en tareas de cuidado, acompañamiento y sociabilidad.

El trasfondo es claro: los desarrolladores inmobiliarios codician los terrenos de los clubes. Se enfrenta aquí el modelo de “organización social” —similar a las cooperadoras escolares— frente al “deporte del capitalismo” de gimnasios de cadena, donde prima el esfuerzo individual sin la dimensión colectiva.

Crisis institucional y desconfianza social

La tragedia del fentanilo, que ya provocó 96 muertes, mostró la connivencia entre negocios privados y el Estado. La ANMAT conocía irregularidades en HLB Pharma desde diciembre, pero clausuró el laboratorio dos meses después de la distribución contaminada. Una encuesta de Poliarquía revela que dos de cada diez argentinos creen que hubo protección política, y una abrumadora mayoría piensa que hoy esa protección sigue vigente.

Lejos de asumir responsabilidades, el oficialismo intentó culpar a la provincia de Buenos Aires, repitiendo su estrategia de desviar la atención y responsabilizar a terceros.

En paralelo, Milei reivindica la “tiranía de las minorías” y desprecia a las mayorías trabajadoras, a quienes acusa de vivir de los ricos. En el Congreso, legisladores votan proyectos sin leerlos, sobrerrepresentando a sectores desconectados de las urgencias populares. La política hacia la discapacidad y la represión sobre los jubilados refuerzan la idea de un gobierno que gobierna “para ricos”, con desprecio abierto hacia quienes quedan fuera de su modelo.

Incertidumbre y horizonte político

La estrategia gubernamental se apoya en el control del dólar como supuesto “dividendo electoral”, subestimando la recesión y la caída del consumo. Sin embargo, los signos de agotamiento social se multiplican: desencanto en los barrios del conurbano, baja participación electoral en provincias y un clima de abstención en sectores populares históricamente movilizados.

La oposición, fragmentada entre el mero antimileísmo y el antikirchnerismo, no ofrece aún un horizonte de país. La pregunta que atraviesa al conjunto social es cuál será la salida. El modelo actual es pura táctica electoral de corto plazo; carece de un proyecto de desarrollo sostenible y amenaza con prolongar el estancamiento hasta más allá de 2027.

Aspectos Geoestratégicos

Un mundo en tensión y los desafíos para Argentina

El escenario internacional atraviesa un momento de enorme complejidad. Guerras, crisis humanitarias y reacomodamientos geopolíticos marcan la etapa de transición actual, condicionando también a la Argentina y a toda nuestra región. 

Una humanidad herida en Medio Oriente

La masacre en Gaza, un genocidio que la humanidad está viendo en tiempo real, expone la brutalidad del imperialismo y el fracaso de los organismos internacionales para detenerlo. Lo que ocurre en Medio Oriente dejará huellas profundas en la conciencia de los pueblos: difícilmente la humanidad sea la misma después de dos años de horror, indiferencia y complicidad. Hay que parar este espanto. Todas las fuerzas políticas con algún grado de humanidad debemos poner en agenda el tema.

Ucrania y las maniobras de poder global

La guerra en Ucrania cumple tres años sin que Occidente haya logrado su objetivo de derrotar a Rusia. La aparición de Donald Trump en el centro de las negociaciones introduce un cambio: se reunió con Zelenski y obtuvo el aval de líderes europeos para una salida que parece orientada a consolidar un acuerdo territorial con garantías de la OTAN. Todo esto acompañado por un encuentro previo con Putin en Alaska. El trasfondo es claro: el imperialismo norteamericano busca cerrar un frente en Europa del Este para concentrarse en Medio Oriente y en su disputa global con China.

Bolivia: señales de advertencia para la región

Las elecciones en Bolivia dejaron un resultado preocupante. La izquierda, fragmentada entre Evo Morales y Luis Arce, obtuvo apenas un 8% de los votos. Evo, que llamó a la abstención, celebró un tercer lugar con apenas un 18%. El campo popular boliviano muestra debilidad, mientras la centroderecha parece avanzar frente a una ultraderecha sin fuerza suficiente.

Más allá del resultado político, Bolivia deja varias lecciones: la correcta política de nacionalización de recursos naturales llevada por el gobierno de Evo para hacerse de los ingresos generados y promover un círculo virtuoso económico en términos de consumo. Sin embargo, también muestra la limitación que implica no modificar las estructuras económicas y avanzar en formas de gestión y propiedad con control social. La abundancia de recursos naturales no garantiza desarrollo. La entrada masiva de dólares por el gas y la minería generó una “enfermedad holandesa” que destruyó la competitividad industrial, estimuló importaciones y consolidó la dependencia. Con el agotamiento de esos recursos, queda un panorama productivo desolado.

Este espejo interpela a la Argentina. Primero: es probable que en unos años tengamos un boom exportador por los recursos que tenemos y el escenario global que está dando ¿Cómo haremos para que ese boom exportador se cristalice en patrimonio nacional, soberanía, justicia social? Y, después ¿qué pasará si el litio deja de ser central o si el gas convencional pierde valor en la transición energética? La experiencia boliviana muestra que, sin un proyecto nacional de industrialización y soberanía, la riqueza natural puede transformarse en maldición.

Una lección para la Argentina de hoy

La dependencia de recursos como Vaca Muerta o el litio no puede convertirse en excusa para repetir los errores del extractivismo dependiente. Como ocurrió en Bolivia, la abundancia de divisas puede estimular consumos insostenibles y un espejismo de bienestar de corto plazo.

Lo que está en juego es si Argentina elige una estrategia de desarrollo independiente y productiva o si se resigna a ser proveedor de materias primas baratas para las potencias. En un mundo en guerra y crisis, la disyuntiva es clara: o hay un consenso nacional que apueste a la soberanía, la industria y el trabajo, o volveremos a quedar atrapados en un ciclo de dependencia y fragilidad

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