1. Mapeo Colaborativo en la Militancia Diaria
El mapeo colectivo es una de las herramientas más potentes para enriquecer la mirada sobre el territorio, recoger conflictos locales, sistematizar demandas y, al mismo tiempo, fortalecer la relación con el vecino.
A diferencia de los mapas técnicos (que responden a lógicas estatales o corporativas), el mapeo colectivo es una forma participativa de construir conocimiento territorial desde abajo, partiendo de los saberes de quienes habitan, transitan y transforman el territorio.
Dispositivo Sencillo y Portátil
La propuesta es adaptar esta técnica para instalarla como un dispositivo sencillo y portátil en las mesas de difusión, locales, ferias barriales o esquinas:
1. Disposición de la mesa: Colocar un mapa del barrio en el centro de la mesa, rodeado de íconos, fichas o marcadores a disposición.
2. Convocatoria a participar: Invitar a vecinos y vecinas a señalar en el mapa lugares significativos o problemáticos. Las preguntas clave son:
◦ ¿Dónde hay conflictos sin resolver?
◦ ¿Dónde funcionó una política pública que mejoró la vida?
◦ ¿Qué espacios colectivos están activos o qué falta en el barrio?
3. Registro visual y textual: Lo señalado por los vecinos debe ser anotado también en una ficha, registrando las demandas específicas (ejemplo: «La salita de la calle X está cerrada» o «El club necesita apoyo»).
4. Síntesis colectiva: Al finalizar, se debe tomar una foto del mapa y sistematizar lo expresado en un archivo compartido. Esta información puede alimentar los diagnósticos, las recorridas y las propuestas de gobierno local.
Este proceso no solo archiva datos, sino que muestra una forma de hacer política que tiene iniciativa, convoca a participar, escucha y construye con el otro.
2. Intervención en Espacios Públicos: Arte Urbano Militante
La presencia en las calles y la intervención en el espacio público son esenciales para mostrar una militancia popular con identidad propia e iniciativa.
El arte urbano concebido desde la militancia (murales, esténciles, paste-ups, o acciones performáticas) no es solo una estética alternativa; es una forma de recuperar el derecho a intervenir en lo común.
• Disputa de Sentidos: Esta forma de intervención altera las relaciones de poder convencionales y subvierte las lógicas de control, consumo y vigilancia que rigen las ciudades, disputando sentidos en el espacio donde vivimos.
• Mensajes Amplios: Se utiliza para difundir mensajes amplios sobre temáticas urgentes (trabajo, hambre, salud, derechos, futuro) que interpelen a quien pasa, incluso si no comparte las ideas políticas explícitas de la organización.
• Pedagogía de la Acción: El arte urbano militante es una pedagogía que enseña a los propios compañeros que se puede hacer política de otras formas, que se puede crear y conmover. El desafío es demostrar que «la calle no está perdida» y que «lo popular también es estético».
3. Importancia de Usar Formatos Replicables y Baratos que Convoquen a la Participación Colectiva
Para que estas estrategias sean eficaces y sostenibles por la militancia, se subraya la necesidad de utilizar formatos que promuevan la autonomía y la acción de base:
• Formatos Replicables y Baratos: Es crucial usar plantillas, paste-ups, esténciles o proyecciones. Estos son materiales que se pueden trasladar y montar con facilidad, con recursos mínimos y sin necesidad de grandes equipos. Es preferible algo chico y rápido que pueda ponerse en esquinas de mucho tránsito.
• Participación Colectiva: El armado y la colocación de estas piezas de arte urbano deben ser una acción militante en sí misma, que convoque a jóvenes, artistas, estudiantes o trabajadores. Esta acción genera identidad común y sentimiento de pertenencia.
• Registros Audiovisuales: Es fundamental registrar con celulares el proceso de intervención en el territorio y luego mostrarlo en redes sociales. Esto no es solo para archivar, sino para visibilizar un tipo de militancia que tiene iniciativa y que construye formas nuevas de intervención, demostrando que la organización «se anima a imaginar».
