Los hijos de Fierro es un largometraje argentino dirigido por Fernando “Pino” Solanas y producido por el Grupo Cine Liberación entre 1972 y 1975, aunque fue estrenado en 1984 tras la restauración democrática, debido a la censura del régimen militar argentino.
La obra representa una alegoría política peronista, donde se revisa el período comprendido entre la caída de Juan Domingo Perón en 1955 y su retorno en 1973. A través de una lectura crítica de El gaucho Martín Fierro de José Hernández, la película traza un paralelismo entre la figura del gaucho rebelde y la del pueblo argentino proscripto y resistente frente a la represión y la pérdida de soberanía.
Pino Solanas filmó Los hijos de Fierro en blanco y negro, mezclando recursos documentales, poéticos y simbólicos. El relato no sigue una narrativa convencional, sino que funciona como un poema épico audiovisual, donde los hijos de Martín Fierro representan a los distintos sectores del pueblo en lucha: obreros, militantes, campesinos, estudiantes y perseguidos políticos.
El rodaje comenzó en 1972 y contó con la participación de actores como Julio Troxler, Juan Carlos Gené, Arturo Maly y Martiniano Martínez, con Juan Carlos Desanzo en la dirección de fotografía. La película fue montada durante el exilio de Solanas, dado el clima represivo en Argentina a comienzos de los años 70.
Considerada una de las piezas clave del cine político latinoamericano, Los hijos de Fierro integra la estética del Tercer Cine, corriente impulsada por Solanas y Octavio Getino que buscaba romper con los modelos comerciales e imperialistas del cine occidental. Es, al mismo tiempo, una crónica simbólica de resistencia colectiva y una crítica al colonialismo interno y externo que afectó a América Latina durante el siglo XX.
Acá estamos. Seguimos siendo los hijos de Fierro. No nos han vencido.



